“Vete,” dijo Jesús, “tu fe te ha sanado.” Inmediatamente recobró su vista y siguió a Jesús por el camino.

- Marcos 10:52

En la biblia, Jesús realizó un número de milagros, algunos de los cuales fueron instancias de él sanando personas que estaban ciegas. Viniendo de una familia con condiciones visuales y varias discapacidades visuales, me interesé en estas narraciones de Jesús sanando a los ciegos. ¿Eran narraciones para mostrar cómo necesitamos ayudar a otros de la manera que Jesús lo hace? ¿Eran historias para contar cuán poderoso era Jesús en realizar milagros? ¿Eran metáforas de cómo Jesús puede abrir nuestros ojos a la verdad, la luz y el mundo? Con el volumen de pasajes sobre sanar a aquellos que están ciegos, creo que hay muchas lecciones que aprender de estas historias de restaurar la visión.

Uno de los pasajes en que me enfoco está en Marcos 10. En esta historia, un hombre que estaba ciego gritó por la ayuda de Jesús para sanarlo. Otros en la multitud lo reprendieron en lugar de ayudarlo, sin embargo Jesús escuchó su pedido de ayuda, se detuvo y pidió a los otros que llamaran al hombre que rogaba a él. Al conocer al hombre, Jesús le preguntó qué podía hacer por él. Esta interacción me fascina. Primero, Jesús pidió que el hombre fuera llamado hacia Él. Esto requirió que la persona pidiendo la ayuda encontrara y caminara hacia Jesús. A continuación, Jesús, quien puede que ya supiera lo que el hombre que estaba ciego pudiera haber querido, no hizo suposiciones y le pidió al mendigo que verbalizara lo que Él puede hacer por él. El hombre que estaba ciego responde, "Raboní, quiero ver" (Marcos 10:51). Me hace darme cuenta del poder y la importancia de la oración y de verbalizar hacia Dios para qué estamos pidiendo Su ayuda. Requiere que vayamos hacia Él.

La lección más importante viene en la respuesta de Jesús. Él no dijo que Él ha sanado al hombre que estaba rogando. En su lugar, Él subraya al hombre que es su fe lo que lo ha sanado. Esta historia es una continuación de lecciones que Jesús está tratando de impartir. Anteriormente en el libro de Marcos, cuando los discípulos comienzan a dudar si tendrán suficiente comida para comer, Jesús cuestiono "Tienen ojos pero no pueden ver, y orejas pero no pueden oír? ¿Y no lo recuerdan?"

Teniendo fe, podemos realmente ver. Teniendo fe, nuestras peticiones manifestadas a Dios pueden cumplirse. Sólo tenemos que creer, e ir a Él.

Reflexión: Imagine la experiencia del hombre que estaba ciego antes de que Jesús le diera su vista. ¿Cómo hubiera sido su vida? Además de recuperar la visión, ¿cómo ha cambiado la vida de este hombre que estaba ciego?

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Veálo usted mismo, cómo la fe puede tener un papel en la sanación y cómo la historia del don de la vista de Jesús puede ser más que sólo un registro histórico de un milagro. Para acompañar su tiempo tranquilo con el verso de la bilbia de esta semana, considere orar con nuestros canales de música Cristiana en Christian Calm Radio.