“Así mismo, hay alegría en la presencia de los ángeles de Dios cuando incluso un solo pecador se arrepiente.”

- Lucas 15:10

Cada vez que salgo de casa, generalmente traigo conmigo mi teléfono personal, mi teléfono del trabajo, mis llaves, y mi cartera. De alguna manera, de vez en vez, en el ajetreo de llegar de un lugar a otro, inevitablemente pierdo uno de ellos. Lo más probable es que, haya dejado mis llaves junto a la zapatera cuando me estaba poniendo mis zapatos, que haya dejado mi cartera en mi escritorio de trabajo, o que haya dejado mi teléfono en mi auto cuando se deslizó fuera de mi bolsillo cuando me senté. La búsqueda puede a veces ser larga y frenética, y el estrés de la experiencia es angustiante. Con frecuencia oro que no haya perdido el objeto para siempre y negocío con Dios, lo cual no tiene sentido. Sin embargo, el alivio que proviene de encontrar el objeto es tremendo. Alegría y felicidad que recorren mi cuerpo es inconfundible como regocijo puro. Por extraño que parezca, durante el tiempo que estoy buscando el objeto perdido, no puedo comentar en referencia a que atención le estuve dando a los otros tres objetos.

De manera similar, la parábola de la moneda perdida nos ayuda a entender esta experiencia de cómo enfocarnos para tratar de buscar lo que está perdido. En la historia, una mujer con 10 monedas de plata ha perdido una, y encendió una lámpara y barría toda la casa cuidadosamente. Ella no descansará hasta encontrarla. Cuando la encuentra, llama a sus amigos y vecinos para alegrarse con ella.

Cuándo como humanos estamos perdidos como pecadores, Dios nos busca. Somos importantes para Él. Y cuando uno de nosotros que está perdido se encontrado, todos nos alegramos. Cuando otros están perdidos, no debemos ser apáticos, sino que debemos activamente ponernos en contacto y ayudar a quienes están perdidos. Y cuando uno de ellos regresa nuestra familia, todos nos alegramos, como la parábola del hijo perdido a continuación.

Todos somos tan valiosos y Dios se preocupa por nosotros y nos buscará. Si alguna vez se siente perdido, sepa que no ha sido olvidado y que nunca está abandonado. Busque a Dios como Él lo está buscando a usted, y nosotros nos alegraremos a su regreso.

Reflexión: ¿Hay alguna persona en su vida que siente que está perdida? ¿Cómo puede demostrar que usted se preocupa y cómo puede demostrar compasión y amor para ayudar a la persona a encontrar su camino en la vida, de vuelta a la fe?

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Gracias, Karyn Lau, por otro inspirador artículo para Christian Calm Radio. Escuche música Cristiana de adoración devocional, música Cristiana instrumental, salmos coros e himnos Cristianos, audiolibros de la Biblia del Viejo y Nuevo Testamento.